A las 5:00am Lauteria Guerrero (Lala) de 73 años despierta con una expresión en su rostro de dolor y molestias por una pierna amputada, a las 5:45am pide que la levanten y la sienten en la cama para descansar de la postura recta.
Alrededor de las 6:30am se le empieza a preparar el desayuno, maicena, avena y a veces leche con café que es su preferida. Luego se le suministran medicamentos para mantener su presión controlada al igual que su corazón.
Aproximadamente 7:15am se le da un baño con agua tibia ya que sus frágiles huesos no resisten ni toleran el agua muy fría.
Una de sus 4 hijas o a veces de sus 4 nietas, la peina, la viste mientras Lala conversa y hace preguntas y de vez en cuando una que otra palabra jocosa.
Justamente a las 7:30am Lala está lista para salir al Hospital de Cardiología en los Rios a esperar su turno para realizarse la diálisis que ya es parte de su rutina interdiaria para poder sobrevivir a la enfermedad de insuficiencia renal provocada por la diabetes mellitus tipo II que padece.
En su angustiosa espera comparte con los demás pacientes que van al hospital.
Ya llegado su turno a las 9:00am de la mañana entra a la unidad de diálisis; allí la espera una enfermera que procede a limpiar el área del brazo donde está la fistula y luego a conectarla de la maquina por 3 ó 4 horas.
Una hora después Lala comienza a quejarse y a llamar a una de sus hijas ó nietas que siempre le acompaña para decirle que quiere ir a casa.
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