Reflexiones.

Últimamente hay una ola de adolecentes cometiendo fechorías y delitos muy grabes, esto es algo que los padres deberían de sentarse a pensar que está pasando con la educación y con las enseñanzas bíblicas que ellos como tutores deben enseñarles a sus hijos.

Quizás la juventud necesita mano dura desde que empiezan a formarse y a tener conciencia, para evitar que cada día se estén sumando más jóvenes a cometer estos hechos ilícitos que están azotando fuertemente nuestra sociedad.

Los padres deben tener cuidado donde van y con quienes sus hijos se relacionan para poder llevar un control sobre ellos.

En estos últimos años, el trabajo las obligaciones fuera del hogar hacen que los padres dejen sus hijos solos todo el día, es ahí donde está el peligro, porque mente desocupada solo trama cosas incorrectas, pero ahí no se queda todo es muy posible que lleguen sus padres y no le revisen las tareas, ni le pregunte que hiso todo el día o donde fue porque el stress y la irresponsabilidad de algunos padres no le permite tomarse un tiempo sentarse y tener largas conversaciones para ver que hacen sus hijos.

La mayoría de los jóvenes necesitan tener un amigo o amiga que los escuche que se siente y le aconseje pero que mejor sería que ese papel lo desempeñara tu padre o madre sería lo ideal no.

Por eso el ser padre o madre no es algo que lo debes tomar como jovi me gustan los niños y ya, no es un tiempo, es una responsabilidad de por vida, es amarlo y siempre tener tiempo para ese pedacito que salió de ti.

Para que el día de mañana tu hijo o hija sea un hombre o mujer de bien, pero eso solo se logra, dándole buena formación en el hogar que es la base es la mejor escuela que cada hijo tiene si sus padres saben realmente lo que significa esa palabra y conviven como tal.

Muchas veces los padres quieren tapar sus faltas dándoles a los hijos todo lo que piden y esto es un grave error, porque el vacio, la falta de cariño y de atención no se llenan con regalos o dinero se llenan demostrándoles afecto y confianza a tus hijos, que sientan tu apoyo y cercanía hacia ellos.